Nos sentimos muy orgullosos de contar entre nuestros hermanos con Pedro Castelo Luna, el cual siguió la llamada de Dios para ponerlo a su servicio.
El próximo día 8 de Diciembre, tendrá un gran protagonismo en su caminar cristiano hacia el sacerdocio: es el día que se Ordena como Diácono en la Santa Iglesia Catedral de Córdoba (La Mezquita).
El próximo día 8 de Diciembre, tendrá un gran protagonismo en su caminar cristiano hacia el sacerdocio: es el día que se Ordena como Diácono en la Santa Iglesia Catedral de Córdoba (La Mezquita).
Esta Hermandad, a la que Pedro tanto ama, va a estar a su lado en este acto tan importante, y anima a todos nuestros Hermanos, a que lo acompañen.
Para el que desee viajar a Córdoba para asistir a su Ordenación, nuestra Parroquia ha puesto a disposición de todos los villaduqueños, Autobuses al precio de 5 € por pasajero. La reserva de plaza será en la Parroquia hasta el Jueves día 6.
A continuación os mostramos la carta que Pedro ha enviado a la Hermandad.
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Córdoba, 21 de Noviembre de 2012
Fiesta de la Presentación de la Virgen en el Templo
Muy querida Hermandad de Nuestro Padre Jesús Nazareno:
Con
inmensa alegría os escribo esta carta para informaros de que el próximo 8 de
Diciembre, Solemnidad de la Inmaculada
Concepción de la Virgen
María , recibiré (D. m.) de manos del Obispo de Córdoba, Mons
Demetrio Fernández, la
Ordenación de Diácono. Se trata de un momento decisivo de mi
vida puesto que asumiré una serie de obligaciones para siempre a la vez que
quedaré ligado hasta el fin de mis días a Dios y a su Iglesia.
Ahora
bien, el camino hasta este día largo y, en algunos momentos, difícil. Sin
embargo siempre he puesto la confianza en el Señor, Él me llamó en su día para
que lo dejara todo y lo siguiera, sé que no estoy solo porque Él me ayuda. Este
camino comenzó en mi querido pueblo, Villanueva del Duque, en el que recibí la
fe cristiana. En este itinerario ocupa un lugar verdaderamente capital la Hermandad de Nuestro
Padre Jesús Nazareno. Apenas recuerdo el día en que mi padre nos incorporó a mi
hermana y a mí a dicha Hermandad, lo que sí sé con certeza es que aprendí a
decir que yo era Nazareno casi a la vez que aprendí a hablar. Esta Hermandad,
mi Hermandad, ocupa en mi corazón un lugar predominante, así lo ha sido, lo es,
y lo será siempre.
Pero
todo esto únicamente tiene sentido dicho a los pies de ese Señor de ojos
tristes que carga con la cruz. No tengo ni tendré nunca palabras para expresar
lo que supone para mí amar a Nuestro Padre Jesús Nazareno. En estos momentos
tan importantes de mi vida viene a mi memoria el último Jueves Santo que hice
estación de penitencia en el pueblo, porque a Él consagré mi vocación y le pedí
que jamás permitiera que me alejara de Él, yo no quería más que ser abrazado
por mi Nazareno con la misma fuerza con la que abraza su cruz. También recuerdo
mis estaciones de penitencia durante los años de Seminario cuando, desde la
lejanía y el dolor por no poder estar junto a su imagen bendita, volvía a
renovar este deseo aunque sabía que yo no estaba con mi túnica, mi capirote, y
mi capa puesta, que no iba en la procesión con mi Nazareno, que un año más me
iba a quedar sin verlo, sin embargo sentía más cerca que nunca sus brazos
poderosos que me envolvían y volvía a estar con Él. Yo creía que no iba a estar
con Él, pero la realidad es que Él siempre estaba conmigo, especialmente cada
Jueves Santo.
A vosotros, mis queridos hermanos nazarenos os pido que
recéis por mi, para que sea un fiel servidor del Señor hasta el último instante
de mi vida. Pedid a Nuestro Padre Jesús Nazareno por este miembro de su
Hermandad que va a recibir el primer grado del sacramento del Orden para que
cada día lo cuide, lo guarde y lo conserve en su servicio.
Un saludo a todos.
Fdo. Pedro Castelo Luna, seminarista